Queridas Madames,

Sí, hemos vuelto. Marcel a hacer de las suyas y yo a leérselas. Mucho me temo que este volumen no sea del todo adecuado a nuestras charlas de té. ¿Cómo le sentará a la adorable y puritana Madame de Churchill que el primer capítulo de Sodoma y Gomorra incluya en su título la expresión hombres-mujeres, descendientes de los habitantes de Sodoma? ¿Qué le parecerá a la sensible Madame du Chrisanteme que Marcel diga, aunque con reparos, homosexualidad, y la compare con la botánica? Y a la adorable Madame de Gayarta, tan rendida a los problemas sociopolíticos, ¿qué le parecerá que Monsieur de Charlus se folle -con perdón- a un maduro modisto de chalecos?

¡Y TODO ESTO EN DIEZ PÁGINAS!

Debía haber esperado al verano para poder leer esto con té helado, queridas. En este invierno incipiente, me temo demasiados ardores.

Suya,
Madame de Borge