Queridas Madames, Hoy les traigo la prueba definitiva de que nadie lee las obras cumbres de la literatura, ni clásica ni occidental… ¡ni puñetas!. Estaba yo tan tranquila leyendo El tiempo recobrado, tomando mi pastís de las cinco, en compañía de mis gatos y con el runrún del arroyo de fondo, cuando se me han…