Son interesantes las ideas alrededor del arte, la tecnología y los símbolos que se extraen de esta foto . Se trata de un robot esculpiendo una cabeza de caballo a imitación de las existentes en los frisos del Partenón del British Museum. El fotógrafo es Richard Barnes, y la fotografía pertenece al número de marzo de 2023 de National Geographic España, en concreto al artículo de Andrew Curry sobre la devolución de arte de los grandes museos a sus países o lugares de origen. El equipo de la foto realiza réplicas exactas para alentar al museo a que devuelva a Grecia esas piezas.
El British Museum se sigue negando a ello, aunque haya movimientos. Las réplicas que crea este equipo son exactas. ¿Notarían algo los visitantes del museo? Sería además posible completar con exactitud las partes perdidas o destruidas. Incluso la pintura de las esculturas, a la que no estamos habituados y que cambiaría nuestra forma de mirar el arte griego, tal vez incluso nuestro placer al hacerlo.
Pero, además, podríamos tener reproducciones perfectas de estas piezas en cualquier parte del mundo. ¿Notaríamos la falta de esencia de la obra?
Las obras ya fueron desplazadas de su sitio original, y viven lógicamente desplazadas de su tiempo. Si hoy las vemos de manera ‘natural’ en Londres es por existir un relato que permite su asimilación.
Entonces… ¿la neocueva de Altamira es también un desplazamiento? ¿Le falta verdad?
Considerar la repetición, la réplica, como parte del canon ha tenido fases. Se comenta sobre lo difícil que fue para Warhol y el pop art que la réplica pudiera entrar en los museos o que hubiera un reconocimiento de sus contemporáneos, pero, ya Goya o Durero hacían grabados. Ahí había menos duda: al menos existía una ‘plancha’ original grabada manualmente con su buril.
Pero es muy difícil sentir el desplazamiento en la neocueva, la verdad. Me inclino a pensar que en su caso la cercanía a la obra original, la presentación y la atmósfera de la neocueva consiguen alcanzar la verdad en la obra de arte que tanto preocupa a Martin Heidegger. ¿Igual es sólo cosa de técnica y concepto ejecutado?
El arte es también hijo de la tecnología de su tiempo. Del soporte, materiales y recursos al alcance del artista. ¿Un robot autómata produce obras de menos mérito? ¿Es el autor de la imagen en 3D o del software el artista? ¿O la automatización industrializa el objeto y el arte desaparece? Si sucede a pesar de ser milimétricamente igual al original, el hecho de que la obra verdadera se contenga en una forma determinada se tambalea.
Más que una esencia de la verdad, la obra de arte es en realidad un símbolo. No sólo una representación material o de la realidad. Para los griegos el Partenón es símbolo nacional (en realidad lo es mundial, pero eso no es argumento para no devolverlos).
Hace años, en una visita profesional al Centro Tecnológico Gaiker recuerdo que me enseñaron un ganso de plástico en su sala de exposición de productos. El ganso se había desarrollado para sustituir a los gansos reales de la fiesta de Lekeitio en septiembre, en la que los mozos y las mozas del pueblo compiten por no caer al agua tras agarrarse al cuello de un ganso, durante varias tiradas. Una barbaridad que evolucionó de usar gansos vivos a muertos y a.… gansos tecnológicos de plástico
Lo que ha permitido sobrevivir a la fiesta sin estar sometida a polémicas por maltrato de animal que son habituales en fiestas populares con participación de animales. Así, la tecnología se pone al servicio del símbolo cultural, de una manera probablemente insospechada, y además ha sido ampliamente aceptado por la población, por inquietante que sea que para la fiesta resulte imprescindible utilizar la imagen de un animal a ser descuartizada.
Con el tiempo los visitantes del British Museum apreciarán las potenciales réplicas que un día sustituirán a las obras de Fidias por asimilación, y porque el nuevo relato también será ‘verdad’ y tendrá su propia esencia, si es que eso es fundamental ante el goce estético, lo que sin duda es algo dudoso.
Aquí una reseña de El origen de la obra del arte, de Martin Heidegger, que habla de estas cosas, en general mirando más hacia el pasado que hacia el futuro. Y aquí una reflexión sobre la mirada en la pintura occidental.