El Wim Wenders clásico siempre me pareció aburrido, y salvo la fascinación y originalidad de El cielo sobre Berlín no se salvaba mucho, incluyendo ahí Paris, Texas. Luego ya le aprecié más, con sus musicales, Buena Vista Social Club y Pina. Claro que ahí parecía haber más ‘autores’, digamos. O más creativos, si se prefiere.…