Según comenta el prólogo de este libro académico editado en el cambio de siglo, los autores Hipólito de la Torre y Josep Sánchez, españoles de origen, vienen a intentar cubrir con este volumen la falta de estudios históricos de origen español sobre la Historia de Portugal, algo que supongo que desde 2000 ya se habrá corregido, pero que en 2000 en sí ya dice mucho del escaso ojo que desde este lado de la raya ponemos en el principal país compañero de viaje ibérico en la Historia que tenemos.
Esta fue la primera sorpresa. La segunda es que, en realidad, este tocho de 600 páginas, Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000). Historia y documentos, en realidad sólo tiene 200 páginas de autoría verdaderamente ejecutiva en lo literario. El resto, además de unas 20 páginas de notas, lo constituyen precisamente los documentos originales a que los autores hacen referencia en su trabajo de historiadores. No se trata además de facsímiles, sino de textos transcritos que mantienen el portugués original como idioma y que se prologan con breves explicaciones en castellano, pero que obviamente son una compilación de fuentes que, sin ser especialista, quiero pensar que tienen un valor relevante en lo histórico, pero sobre todo en lo metodológico y pedagógico. Dejar los documentos en portugués también es en sí una declaración de intenciones.
La siguiente sorpresa lo es menos: la convulsísima Historia de Portugal en los siglos XIX y XX es tremendamente parecida a la española del mismo tiempo, y a la par tiene una serie de puntos significativamente distintos que resultan imprescindibles para comprender las diferencias, también actuales, entre ambos países. Los autores, pienso que adecuadamente, no subrayan diferencias ni paralelismos, pero dada la importancia de España en decisiones que tomaba o podía tomar Portugal, para el lector español al que va dirigido el libro le resultan inevitables. Entre los paralelismos están la guerra civil (del siglo XIX) entre miembros de la familia real por el trono y cómo la incertidumbre del liberalismo les supuso a ambos perder parte importante de sus imperios. Las revoluciones constantes durante el XIX, y la instalación final de regímenes de alternancia/restauración resultan familiares. Entre las diferencias relevantes, el peso de Brasil -que se convirtió en imperio y refugio de parte de la familia real, pero tal vez sea mayor la alianza de Inglaterra con Portugal, que aún persiste legalmente, y que en ciertos momentos parece convertir a Portugal en un estado satélite, pero por otro le permite entrar en el reparto colonial de finales del XIX. En el siglo XX, en ambos casos la alternancia de poder termina traumáticamente con una dictadura, pero la de Salazar en realidad se parece más a la de Primo de Rivera prolongada que a la de Franco. La diferencia esencial del siglo XX -más allá de la participación nefasta de Portugal en la Primera Guerra Mundial- es la Guerra Civil española, lo cual conforma una dictadura distinta en Portugal, que incluso llega a ser estado fundador de la OTAN. Su represión no es tan brutal, pero por otro lado se empecina en mantener unas colonias con una terquedad inútil bajo el argumento de que sin las colonias Portugal perdería su esencia y sería invadida por España. Muy curiosamente, organiza elecciones periódicas siempre amañadas en las que a la oposición se le ocurre participar con ingenua buena voluntad, para acabar luego invariablemente perseguida por el régimen.
El esfuerzo militar fue también muy distinto en ambas dictaduras: el ejército portugués se desangró en guerras coloniales, la influencia de los demás ejércitos de la OTAN ayudó a cierta liberalización de sus ideas, y, finalmente, propició un golpe en realidad llevado adelante por cuadros intermedios en 1974, la Revolución de los Claveles. La figura del militar de ideología izquierdista, cuando no revolucionario, es impensable en España. En Portugal un militar, Ramalho Eanes, fue presidente electo de la República hasta 1986.
La ágil lectura del libro, llena de acontecimientos, es intensísima. El poder de los autores para resumir manteniendo tensión y explicando con claridad elementos políticos, sociales y económicos es encomiable. También los detalles, que mencionan si tienen relevancia para detenerse en ellos y llena de detalles reveladores (esa industria pujante portuguesa a finales del XVIII, luego desaparecida, por ejemplo). El resultado es un fresco muy interesante de pulsiones históricas reflejo de los dos siglos retratados, que se lee con premura y mucho gusto, y en que la moderación y la sensatez en el juicio transmiten aplaudibles objetividad y ecuanimidad.