L’homme de désir (1969) es una de estas películas que no osan mencionar el nombre del amor, pero tiene peculiaridades que apetecen comentar. Podemos empezar por sus dos carteles comerciales, que ya dan algo de risa…
Un escritor cristiano recoge a un joven autoestopista al que quiere redimir de su pobreza y su lumpen, pero por el que no puede evitar que se le escape el deseo. Pide consejo a un amigo religioso y moralista. Finalmente, su mujer le pide que aloje en casa al muchacho, que… pertenece a una banda de chicos que roban a hombres a los que ofrecen sexo.
Pero en la casa se acerca la historia se acerca al Teorema de Pasolini, como un drama abstracto sobre la atracción. Aunque casi estamos en los 70, el tono es nouvelle vague e intelectual, no se anticipa o prevé lo quinqui
Pero algo hay, un preludio del deseo por el efebo quinqui que tiene su verdad, pero le da cosita ser más valiente. La película está en un ignoto canal de YouTube, Queer Cult, disponible con subtítulos en inglés, junto a otros títulos bizarros, como el que viene ahora.
El director de L’homme de désir, Dominique Delouche, aún vive, tiene 92 años y un gran prestigio después de 4 décadas dirigiendo sólo películas de danza.
Aquí el link: https://youtu.be/wpyRrJOWmes
Pero, siguiendo esta ruta de películas de efebos/quinquis pre-pasolini y pre-eloydelaiglesia, Il Mare (1963), de Giuseppe Patroni, ha resultado sorpresón. No veo motivos artísticos para el olvido de esta película, que imagino que está simplemente fuera de su tiempo.
Cuenta la historia de un actor que se va a Capri de vacaciones en invierno sin más motivos. Allí congenia con un muchacho local. Se pelea con él, se emborrachan, mantienen una fisicidad amplia obvia.
Esto incluye una extraña escena de cama con la coreografía de una pelea por una (fálica) botella de alcohol que es bizarra en grado sumo. Esa botella es objeto de deseo del actor, pero el muchacho juguetea negándosela.
Aparece sin embargo una mujer, una especie de ideal abstracto, también de vacaciones sin especial motivo, que se introduce en la pareja, seduce al actor a través del muchacho, y finalmente el muchacho se va alejando de los dos personajes mayores.
Hay imágenes que tienen una mirada homo no habitual en 1963. Ese pantalón entreabierto, ese pecho tan marcado, esta escena de la ducha bajo la lluvia en realidad tan gratuita como sensual, porque sí, es una celebración del físico, de los elementos, de lo digamos veraz o auténtico frente al artificio formalista de los visitantes
La abstracción, la elusión, la artificiosidad visual para esconder sentimientos concretos (y peligrosos) no es extraña al momento. Recuerda mucho a L’aventura de Antonioni por luz y tono elusivo. Pero algunos planos parecen venir de Suecia…
Il Mare está disponible en el mismo canal de YouTube que L’homme de desir, con la que comparte la mirada explícita de deseo pre-setentera y una cierta carnalidad. Ambas necesitan estrategias de su cine del momento para mirar sin ‘consumar’. Pero Il Mare es bastante formalista, arrebatadora visualmente, y de múltiples lecturas. Su olvido, casi seguro, procede de salirse del canon de mirada de deseo en su momento.
Aquí el link a la película: https://youtu.be/MAIeklIYFhQ